Presentación de El Conversatorio
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Presentación de El Conversatorio
¡Hola a todos!
La intención de este apartado del foro es darnos a conocer... Si queremos.
Es decir, que nos presentemos con nombres propios, o con nicks, o como creamos oportuno, y dando solo aquella información que creamos que debe saberse sobre nosotros.
Así que si pedimos que os presenteis no es para nada más que no sea facilitar la tarea entre los que participemos en este foro.
Nosotros nos presentamos como EL CONVERSATORIO.
La iniciativa de El conversatorio nace a partir de la sabienda de que, en este mundillo de la música, la cosa esta más bien mal...
Desde el momento en que muchos de nosotros escondemos nuestras identidades porque quien más, quien menos, ha recibido algún que otro palo y tenemos miedo a quedarnos sin trabajo, es que la cosa muy bien no va. El mundo de la música es lo que tiene (¿...como cualquier otro? Mmm...) pero como además es un poco, por decirlo finamente, "sálvese quien pueda, mariquita el último", pues ya sabemos lo que pasa. Y muchos somos los que nos quejamos de cómo funcionan las cosas en este país en que priman las operaciones triunfales y los grandes hermanos varios, la cultura de pandereta, sangria y paella. Que, ¡ojo! está muy rica la sangria y la paella, pero todos sabemos que el tema de la cultura musical no debería ser eso. No hace falta más que echar un vistazo en como funcionan las cosas fuera del país, a nivel musical, para que a uno se le empiezen a poner los bellos como escarpias.
Y este es el próposito de esta aventura de que hemos emprendido llamada El Conversatorio: Quejarnos y hacer oir nuestra voz.
Quizás no sea la forma "legal" de hacerlo pero lo importante es dar a conocer las situaciones variopintas en que a veces nos encontramos y que serian impensables en cualquier otra disciplina. ¿Por qué lo toleramos, pues? Porque por lo legal recibimos bofetones, cuesta dinero, etc. Y a nadie le apetece meterse en según que 'fregao' por algo que, supuestamente, deberia ser lo normal, lógico y correcto.
Solo queremos vivir dignamente de lo que nos gusta, que es la música. Como cualquier otro trabajador.
Y recordaros que sin vuestra participación, el cometido de El Conversatorio no tiene razón de ser, pues si no somos nosotros mismos los que denunciemos todas las injusticias que tenemos en nuestro mundo laboral no lo va a hacer nadie por nosotros.
Juntémonos todos e intentemos que, poco a poco, nuestra situación sea "normal".
Vamos, ¡Animaros a participar!
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Es decir, que nos presentemos con nombres propios, o con nicks, o como creamos oportuno, y dando solo aquella información que creamos que debe saberse sobre nosotros.
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Desde el momento en que muchos de nosotros escondemos nuestras identidades porque quien más, quien menos, ha recibido algún que otro palo y tenemos miedo a quedarnos sin trabajo, es que la cosa muy bien no va. El mundo de la música es lo que tiene (¿...como cualquier otro? Mmm...) pero como además es un poco, por decirlo finamente, "sálvese quien pueda, mariquita el último", pues ya sabemos lo que pasa. Y muchos somos los que nos quejamos de cómo funcionan las cosas en este país en que priman las operaciones triunfales y los grandes hermanos varios, la cultura de pandereta, sangria y paella. Que, ¡ojo! está muy rica la sangria y la paella, pero todos sabemos que el tema de la cultura musical no debería ser eso. No hace falta más que echar un vistazo en como funcionan las cosas fuera del país, a nivel musical, para que a uno se le empiezen a poner los bellos como escarpias.
Y este es el próposito de esta aventura de que hemos emprendido llamada El Conversatorio: Quejarnos y hacer oir nuestra voz.
Quizás no sea la forma "legal" de hacerlo pero lo importante es dar a conocer las situaciones variopintas en que a veces nos encontramos y que serian impensables en cualquier otra disciplina. ¿Por qué lo toleramos, pues? Porque por lo legal recibimos bofetones, cuesta dinero, etc. Y a nadie le apetece meterse en según que 'fregao' por algo que, supuestamente, deberia ser lo normal, lógico y correcto.
Solo queremos vivir dignamente de lo que nos gusta, que es la música. Como cualquier otro trabajador.
Y recordaros que sin vuestra participación, el cometido de El Conversatorio no tiene razón de ser, pues si no somos nosotros mismos los que denunciemos todas las injusticias que tenemos en nuestro mundo laboral no lo va a hacer nadie por nosotros.
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